28th Oct 2024
Había una vez un pequeño caracol llamado Nico. Nico vivía en un hermoso jardín lleno de flores. Le encantaba mirar las estrellas y soñar. Una noche, miró la luna y decidió que quería ir allí. ¡Era un gran sueño para un pequeño caracol!
Nico le contó su sueño a su amiga, la mariposa Lila. Lila era colorida y siempre feliz. Ella dijo: "¡Puedo ayudarte! Volaremos juntos a la luna!" Nico estaba emocionado, pero un poco asustado. ¿Cómo volarían?
Lila llevó a Nico en su espalda, y juntos comenzaron su aventura. Pasaron por un bosque mágico poblado de árboles altos. Las luces brillaban como estrellas, y los animales los saludaban. Nico sonrió más al ver todo aquello.
Volar era increíble. El viento acariciaba su concha, y Lila volaba con gracia. Cruzaron un río brillante que reflejaba el cielo. "¡Mira, Nico! ¡El agua es como un espejo!" dijo Lila. Nico nunca había visto algo tan bello.
Después de un rato, llegaron a una nube suave como algodón. Nico se sentó en la nube y se sintió como un rey. "¡Nunca había estado tan alto!" exclamó. Lila reía feliz al ver a su amigo tan contento.
Finalmente, se acercaron a la luna. Era grande y brillante, como un dulce gigante en el cielo. Nico quedó maravillado. "¿Podemos aterrizar?" preguntó Nico con emoción. Lila sonrió y dijo: "¡Sí, vamos!"
Cuando aterrizaron, encontraron un paisaje lunar lleno de maravillas. Cráteres de colores y estrellas que brillaban en la superficie. Nico no podía creer lo que veía. "¡Es mágico!"
Exploraron la luna y jugaron entre las estrellas. Hicieron carreras y vieron cómo brillaban los cometas. Nico se sintió feliz, y su sueño se había hecho realidad.
Después de un tiempo, era hora de volver. Lila y Nico volaron de regreso al jardín. Mientras volaban, Nico dijo: "Gracias, Lila. ¡Hoy fue el mejor día de mi vida!"
Cuando regresaron, Nico miró hacia la luna una vez más. Sabía que llevaba consigo un pedacito de ese mágico lugar en su corazón.