28th Oct 2024
En un cielo azul brillante, vivían unos globos de colores. Eran globos alegres, flotando alto y felices. Cada uno tenía un color diferente y se llamaban Rojo, Amarillo, Azul y Verde.
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Un día, los globos querían ayudar a los niños. En la ciudad, notaron que algunos niños estaban tristes. Decidieron volar hacia ellos, con sus cintas ondeando al viento. ¡ Era un gran momento para dar alegría!
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Rojo voló hacia una niña llamada Ana. Ella miraba por la ventana, muy triste. Al ver a Rojo, su rostro se iluminó. "¡Hola, Ana!", dijo Rojo, "¡ven a jugar conmigo!". Ana sonrió y salió corriendo.
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Mientras tanto, Amarillo encontró a un niño llamado Lucas. Lucas estaba sentado solo en el parque. "¡Hola, Lucas!", gritó Amarillo. "¿Quieres jugar?" Lucas miró hacia arriba y saltó de alegría. Ya no estaba solo.
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Los globos llevaban a los niños a un mundo mágico. Navegaban por ríos de caramelo y saltaban en prados llenos de flores. Todos reían y disfrutaban con todos los colores alrededor. La tristeza se desvanecía.
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Luego, Verde y Azul hicieron una carrera en el cielo. Los niños aplaudían y gritaban con emoción. ¡Era como una fiesta en las nubes! Los globos sabían que la risa sanaba los corazones.
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Al final del día, los globos vuelven a el cielo. Pero no estaban tristes, ¡pues habían hecho nuevos amigos! Los niños los recordarían siempre con sonrisas.
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"Siempre estaremos aquí para alegrarte", susurró Rojo al viento. Amarillo, Azul y Verde asintieron, llenos de alegría.
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Cuando el sol se ponía, los globos se despidieron de los niños. Prometieron que siempre volverían, trayendo risas y colores brillantes. Eso era su superpoder.
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Los globos de colores dejaron una lección muy especial: incluso en los momentos difíciles, siempre hay alegría en el aire, si dejas que tu corazón vuele.
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