28th Oct 2024
Había una vez una hermosa sirena llamada Marina. Marina vivía en un arrecife de coral lleno de colores brillantes. Un día, mientras nadaba, vio algo brillante en el fondo del océano. Era un antiguo cofre cubierto de algas y conchas. Marina se emocionó y decidió abrirlo.
Con la ayuda de sus amigos, un pez payaso llamado Pablo y una tortuga sabia llamada Tula, Marina levantó el cofre. Se llenó de joyas relucientes y monedas de oro. Todos estaban asombrados y empezaron a imaginar qué harían con tanto tesoro. Pero, a medida que exploraban, comenzaron a sentir algo extraño.
Mientras contaban las monedas, Marina se dio cuenta de que no era el oro lo que realmente les hacía felices. Recordó todas las aventuras que habían tenido juntos y cómo se habían apoyado mutuamente. Marina miró a Pablo y Tula, y sonrió al darse cuenta de que su amistad era el verdadero tesoro.
Así que en lugar de quedárselo, decidieron usar el tesoro para construir un parque en el arrecife. Invitaron a todos sus amigos del océano para disfrutar juntos. Todo se llenó de risas y juegos, y la alegría del momento brilló más que cualquier joya.
Marina aprendió que el verdadero valor no está en las riquezas materiales, sino en los momentos compartidos con amigos. Desde ese día, siempre recordó que la amistad era el tesoro más valioso de todos.