28th Oct 2024
Había una vez una ballena joven llamada Lila. Lila vivía en el océano, un lugar lleno de vida y color. Ella escuchaba cómo los peces cantaban melodías suaves y hermosas. Todos los días, Lila intentaba cantar como ellos. Pero su voz era profunda y vibrante, diferente a la de los peces.
Un día, Lila se sintió triste. Nadó hasta la superficie y vio a un delfín saltando alegremente. "¡Hola!" dijo el delfín. "¿Por qué estás tan triste, amiga?" Lila respondió: "Quiero cantar como los peces, pero mi voz es diferente. No sé qué hacer."
El delfín sonrió y dijo: "Tu voz es especial, Lila. No necesitas cantarle a los peces. Juntos, podemos encontrar tu propia canción." Lila se sintió un poco mejor. Juntos, comenzaron a jugar y saltar en el agua, creando burbujas de alegría a su alrededor.
Mientras nadaban, Lila recordó cómo le gustaba hacer sonar el agua cuando saltaba. Decidió probarlo. Se zambulló y cuando salió, hizo un ruido profundo que resonó por todo el océano. El delfín se dio cuenta de que era diferente y le animó a seguir.
Con cada salto, la ballena Lila descubría su propio ritmo. El sonido del agua alrededor de ella se convertía en una melodía. Lila estaba empezando a sentirse especial. ¡Tenía una canción que solo ella podía hacer!
El delfín también le enseñó a combinar sus sonidos con su canto. Juntos crearon una hermosa sinfonía. Los peces y las otras criaturas marinas se unieron para escuchar su música. Nadie jamás había escuchado algo tan hermoso en el océano.
Con cada día que pasaba, Lila se sentía más y más feliz. Comprendió que ser diferente era algo hermoso. Su canto era único, y eso la hacía especial. Ella sonrió y dejó que su voz vibrante llenara el océano de alegría.
Lila y el delfín se hicieron grandes amigos. Cantar junto a él fue una nueva aventura. Se presentaron en festivales marinos, donde todos venían a escuchar su música. La ballena descubrió que su voz resonaba con la fuerza del océano.
Finalmente, Lila ya no deseaba cantar como los peces. Ella había encontrado su propio canto, su propia forma de ser. Lila se convirtió en la ballena más feliz del mar, disfrutando de su talento único y de su amistad con el delfín.
Y así, en el corazón del océano, Lila aprendió que ser única es un regalo. Su música se hizo famosa, y todos en el mar la escucharon cantar con amor y alegría.