5th Nov 2024
Había una vez, en un bosque mágico llamado Verdeor, cuatro amigos elementales que cuidaban de la naturaleza. Cada uno representaba un elemento: Tierra, Agua, Fuego y Aire. Tierra era robusta y amable, con piel de musgo y flores en su cabello. Agua era juguetona, fluyendo como un río cristalino. Fuego tenía un corazón ardiente y Aire, ligero y suave, llevaba la fragancia de las flores.
Un día, mientras disfrutaban de un paseo, escucharon un lamento que provenía de una parte del bosque. Decidieron investigar y encontraron a un pequeño árbol, llamado Arbolito. Estaba triste porque no podía crecer. "Mis raíces están atrapadas entre piedras y no puedo encontrar agua", decía.
Los amigos se miraron y supieron que debían ayudarlo. Tierra usó su fuerza para mover las piedras y liberar las raíces. Agua se deslizó cuidadosamente, empapando el suelo para que Arbolito pudiera absorberla. Fuego danzó para dar ánimo al árbol, y el Aire soplaba suavemente, haciendo que las hojas de Arbolito se movieran con alegría.
Poco a poco, Arbolito comenzó a sentirse mejor. Con el apoyo de sus amigos, empezó a crecer, alzando sus ramas altas hacia el cielo y brotando nuevas hojas. "Gracias, amigos", dijo Arbolito emocionado. "Ahora puedo crecer fuerte y cubrir a todos con mi sombra".
Desde ese día, los elementales unieron sus fuerzas cada vez que alguien en el bosque lo necesitaba. Aprendieron que trabajando juntos, podían hacer magia y ayudar a la naturaleza a florecer. En el corazón de Verdeor, los amigos continuaron cuidando del bosque, viviendo muchas aventuras y recordando siempre que cada uno, aunque diferente, tenía un papel importante en el ciclo de la vida.