28th Oct 2024
Había una vez un zorro astuto que vivía en un bosque verde. El zorro era rápido y muy inteligente, pero no siempre era amable con los demás. Se creía el más importante de todos los animales del bosque.
Un día, el zorro encontró un espejo mágico escondido entre los árboles. El espejo brillaba y reflejaba luces de colores. Curioso, se acercó y miró su reflejo. ¡Él se veía increíble!
El espejo habló y dijo: "Hola, zorro. Soy un espejo mágico. Puedo mostrarte lo que hay en tu corazón." El zorro se sorprendió. No sabía que su corazón podía ser visto.
El espejo comenzó a mostrar al zorro imágenes de cómo trataba a los demás animales. El zorro vio cómo los pájaros y conejos se sentían tristes cuando él era grosero. Se sintió mal al ver esto.
"¡Oh! ¡No sabía que hacía sentir así a mis amigos!", exclamó el zorro. El espejo sonrió y dijo: "Si quieres, puedo ayudarte a ser más amable y generoso".
El zorro asintió con la cabeza, emocionado por el cambio. El espejo le mostró cómo dar en lugar de tomar, cómo compartir su comida y cómo ayudar a los demás.
Desde ese día, el zorro empezó a ser más amable. Compartía su comida con los pájaros y ayudaba a los conejos a encontrar su casa. Todos los animales comenzaron a quererlo mucho más.
Un día, el zorro organizó una gran fiesta en el bosque. Invitó a todos y compartió deliciosos bocadillos. El bosque se llenó de risas y alegría.
El espejo mágico sonrió desde su lugar. Había ayudado al zorro a descubrir la alegría de ser generoso y amable. El zorro se sintió feliz rodeado de sus amigos.
El zorro aprendió que la verdadera grandeza viene de ser amable. Desde entonces, siempre llevaba consigo un pequeño recuerdo del espejo mágico en su corazón.