28th Oct 2024
Había una vez un pequeño pajarito llamado Tito. Tito vivía en un hermoso bosque lleno de árboles y flores. Pero había un problema: Tito no sabía cantar. Todos los días, escuchaba a los demás pájaros llenar el aire con hermosas melodías, y él quería unirse a ellos. Un día, decidió que era hora de encontrar su propia voz y salió en busca de su canto soñado.
Tito voló por el bosque, preguntando a todos los animales que encontraba. Primero se encontró con una ardilla. "¿Cómo puedo aprender a cantar?" preguntó. La ardilla, ocupada recogiendo nueces, le dijo: "Debes buscar el Lago de los Cantores, allí encontrarás a una banda que te enseñará". Con esperanza, Tito siguió su camino hacia el lago.
Cuando Tito llegó al Lago de los Cantores, vio a un grupo de aves cantoras. Había canarios, gorriones y jilgueros, todos felices cantando juntos. Tito se acercó tímidamente y les dijo: "Quiero aprender a cantar como ustedes". Las aves, sorprendidas por su valentía, le sonrieron y le dijeron: "¡Claro! Pero primero, debes seguir nuestro ritmo y practicar con nosotros cada día".
Tito se unió a la banda de aves. Aprendió a encontrar su voz y a seguir el ritmo de sus amigos. Pasaron los días cantando juntos, y Tito empezó a sentirse más seguro. Su canto, al principio débil y temeroso, se volvió fuerte y melodioso. Finalmente, un día, junto al lago, Tito dio su primer gran concierto junto a sus nuevos amigos.
La música llenó el aire y todos los animales del bosque se reunieron a escuchar. Tito estaba feliz y orgulloso. Se dio cuenta de que había encontrado su voz y su lugar entre los cantores. Desde entonces, Tito no solo cantaba con su banda, sino que también inspiraba a otros a seguir sus sueños. El pequeño pajarito había aprendido que con esfuerzo y amistad, todo es posible.