28th Oct 2024
Había una vez una luciérnaga llamada Lúcia. Ella tenía una luz brillante que iluminaba todo a su alrededor. Una noche, mientras volaba por el jardín, escuchó a un saltamontes perdido. "¿Dónde está mi hogar?" preguntó el saltamontes con tristeza.
Lúcia voló hacia él y dijo: "¡No temas! Te guiaré a casa con mi luz". Ella parpadeó y su luz iluminó el camino lleno de flores. Juntos volaron sobre las hojas y los arbustos. El saltamontes sonrió y se sintió feliz.
Después de ayudar al saltamontes, Lúcia vio a una pequeña mariquita. La mariquita estaba atrapada en una telaraña. "Por favor, ayúdame, Lúcia!" gritó. Sin dudarlo, Lúcia brilló su luz con fuerza y mostró a la mariquita cómo salir.
Una vez libre, la mariquita agradeció a Lúcia. "¡Gracias! Ahora, quiero volver a casa contigo!" Lúcia y la mariquita volaron juntas, iluminando el jardín con su brillo. El viento susurraba entre las flores. Y seguían ayudando a otros insectos en su camino.
Finalmente, Lúcia llevó a todos sus nuevos amigos a casa. Al caer la noche, el jardín brillaba con su luz. Todos los insectos estaban agradecidos con su amiga la luciérnaga. El jardín estaba lleno de risas y alegría, y Lúcia sonrió, feliz de haber ayudado.