28th Oct 2024
Una niña llamada Sofía vivía en un pueblo lleno de magia. Sus ojos eran grandes y brillantes, y siempre llevaba un vestido amarillo. Un día, mientras paseaba, escuchó risitas suaves que venían de un arbusto misterioso.
Sofía se acercó al arbusto y, ¡sorpresa!, encontró una puerta pequeña en el tronco de un árbol. Era una puerta cubierta de hojas y flores. Con un ligero empujón, la puerta se abrió y Sofía entró, sintiéndose muy emocionada.
Dentro del jardín, se encontró rodeada de flores brillantes que brillaban con colores del arcoíris. Las flores parecían bailar al ritmo del viento. Sofía tocó una flor roja y, de repente, un pequeño hada apareció ante ella.
El hada, con alas brillantes y un vestido hecho de pétalos, se llamaba Lila. Ella le sonrió a Sofía y le dijo: "¡Bienvenida al jardín encantado! Aquí todo es posible y la magia vive en cada rincón."
Sofía estaba maravillada. Lila le mostró los secretos del jardín: flores que cantaban, ríos de cristal y árboles que contaban historias. Todo era asombroso en este lugar mágico.
Mientras exploraban, Sofía conoció a un duende llamado Tito. Tito tenía una gorra de hojas y siempre llevaba en su mano pequeños juguetes hechos de ramas. "¿Quieres jugar conmigo?", preguntó Tito.
Sofía sonrió y aceptó. Jugaron a atrapar mariposas y a construir casas de hojas. Se reían juntos mientras el sol brillaba sobre ellos. Sofía se sintió muy feliz.
Después de un rato, Lila le dijo a Sofía que tenía que regresar a casa, pero que podía visitar el jardín siempre que quisiera. Sofía prometió volver.
Agradecida, Sofía se despidió de sus nuevos amigos y salió del jardín a través de la puerta mágica, llevándose un pequeño recuerdo: una flor brillante en su vestido.
Mientras caminaba hacia su casa, Sofía supo que el jardín encantado sería su secreto especial, un lugar donde la magia y la amistad siempre le esperarían.