28th Oct 2024
Había una vez un pequeño perrito llamado Lucas. Lucas soñaba con ser un perro de policía, aunque era muy pequeño. Siempre veía a los perros grandes con su uniforme y pensaba que algún día podría ser como ellos. Un día, mientras correteaba en el parque, escuchó un grito. Era su amiga la ardilla, Clara.
Clara, la ardilla, estaba muy asustada. "¡Lucas!" dijo ella, "mi nuez ha desaparecido. ¡Ayúdame a encontrarla!" Lucas se sintió valiente. Recordó que los perros de policía son muy buenos para resolver misterios. Así que decidió que era hora de actuar. Con un pequeño ladrido, dijo: "¡No te preocupes, Clara! ¡Voy a ser tu perro de policía!"
Lucas comenzó a buscar pistas. Primero olfateó cerca del árbol donde Clara había dejado su nuez. Entonces, vio unas pequeñas huellas en el suelo. "¡Mira, Clara! Estas son huellas extrañas. ¡Sigamos el rastro!" Clara golpeó sus patas emocionada, y juntos siguieron las huellas a través del parque.
Las huellas llevaron a Lucas y Clara a un pequeño arbusto. Lucas olfateó de nuevo. "¡Huele a nuez!" dijo. Juntos, movieron las ramas y ¡sorpresa! Allí estaba la nuez de Clara, justo al lado de un pequeño grupo de ratones que se estaban divirtiendo. Todos aplaudieron la valentía de Lucas.
"¡Gracias, Lucas!" dijo Clara con alegría. Lucas sonrió. Aunque era solo un pequeño perrito, había resuelto el misterio y ayudado a su amiga. Esa noche, Lucas soñó con ser oficial de policía. Aunque era pequeño, sabía que su valentía y amistad lo hacían un grande.