28th Oct 2024
Había una vez un pequeño pez llamado Pepe. Pepe vivía en un lago tranquilo. Pero soñaba con conocer el vasto océano. Un día, decidió que era tiempo de aventuras.
Pepe saltó con alegría y comenzó a nadar. Vino una estrella de mar llamada Estela. Estela brillaba con colores vivos. Ella sonrió y le dijo a Pepe: “¡Vamos juntos a explorar!”.
Así nadaron Pepe y Estela en el mar. Todo era hermoso y lleno de colores. Conocieron un caballito de mar llamado Carlos. Carlos era muy tímido pero amistoso.
“¡Hola, amigos!”, dijo Carlos. “¿Quieren explorar mi hogar?”. Pepe y Estela, llenos de emoción, aceptaron al instante.
Nadaron a través de jardines de coral. Allí había peces de mil colores y plantas danzantes. Pepe no podía creer lo que veía. Era un mundo mágico.
De pronto, escucharon un ruido extraño. Era un grupo de delfines que jugaban. Saltaban y hacían acrobacias en el agua. Pepe los miraba con asombro.
“¡Ven, únete a nosotros!”, llamaron los delfines. Pepe se unió a ellos. Nadaban juntos, riendo y jugando, llenos de alegría.
Estela, Carlos y Pepe siguieron su aventura. Entraron en una cueva llena de tesoros. Había conchas brillantes y perlas grandes.
“Gracias por este día”, dijo Pepe. Se dio cuenta de que el océano era un lugar especial. Tenía amigos y aventuras por doquier.
Finalmente, Pepe regresó al lago. Pero su corazón lleno de recuerdos lo hacía feliz. Sabía que siempre podría regresar al océano.