28th Oct 2024
Había una vez un niño llamado Lucas. Lucas era un niño soñador y le encantaba mirar el cielo. Siempre imagina cómo sería volar entre las nubes. A veces, se subía a un árbol alto y se sentía como un pájaro.
Un día, Lucas conoció a un inventor anciano llamado Don Miguel. Don Miguel era un hombre sabio y amaba crear cosas. Lucas le contó su sueño de volar, y Don Miguel sonrió. "Puedo ayudarte", dijo, y ambos comenzaron a trabajar juntos.
Pasaron días y noches, llenos de risas y polvo de estrellas. Construyeron unas alas grandes y brillantes. Eran de madera ligera, cubiertas con tela colorida. "Estas alas te llevarán al cielo", dijo Don Miguel con emoción.
Finalmente, llegó el día de la gran prueba. Lucas se puso las alas y subió a la colina más alta. Su corazón latía con fuerza, está listo para su aventura. Tomó una profunda respiración y corrió hacia adelante, ¡y de repente, se levantó del suelo!
Lucas voló alto, por encima de los árboles y los campos. El aire fresco acariciaba su rostro mientras él reía de alegría. Miró abajo y vio a su pueblo como un pequeño juguete. Era increíble volar entre las nubes.
Mientras volaba, conoció a una familia de pájaros. Eran amigos amables que lo invitaron a jugar. Hicieron acrobacias en el aire, girando y dando vueltas, riendo juntos. Lucas se sintió feliz y libre, como nunca antes.
De pronto, una nube suave apareció ante él. Lucas decidió aterrizar en ella. La nube era esponjosa y blanca. Allí, se tumbó y disfrutó de una siesta. Soñó con más aventuras en el cielo, rodeado de estrellas.
Cuando se despertó, el sol comenzaba a ponerse. Lucas sabía que tenía que regresar. Con la ayuda de sus alas, descendió lentamente hacia la colina, donde Don Miguel lo esperaba con una gran sonrisa.
"Lucías como un verdadero pájaro", dijo Don Miguel. Lucas estaba tan feliz. Sabía que sus sueños podían hacerse realidad con esfuerzo y un poco de ayuda. Nunca olvidaría su increíble aventura en el cielo.
Desde ese día, Lucas siguió soñando y volando. A veces, se sentaba en su árbol favorito y miraba las nubes. Recordaba su aventura y sabía que, con un corazón valiente, siempre podría alcanzar los cielos.