28th Oct 2024
Había una vez un lobo llamado Leo. Leo era diferente a otros lobos. En vez de asustar a los animales, ¡le encantaba ayudar! Un día, mientras paseaba por el bosque, vio a los granjeros luchando con su cosecha. Entonces decidió ofrecer su ayuda.
Los granjeros estaban sorprendidos de ver a un lobo tan amigable. Pero Leo les sonrió y les mostró que solo quería ayudar. Al principio, los granjeros estaban un poco nerviosos. Pero pronto, se dieron cuenta de que el lobo era fuerte y ágil. Juntos, comenzaron a cosechar.
Leo arrastró las cestas y recogió las frutas del suelo. Los granjeros compartieron risas, historias y deliciosas meriendas. El lobo se sentía muy feliz. Aprendió que trabajar en equipo era mucho más divertido que hacerlo solo.
Después de un día largo de trabajo, los granjeros agradecieron a Leo por su ayuda. Habían llenado sus cestas con frutas y verduras frescas. Leo se dio cuenta de que en equipo todo era más fácil. Se sintió orgulloso de ser parte de la cosecha.
Desde ese día, Leo visitaba a los granjeros cada vez que necesitaban ayuda. Se convirtió en un amigo querido. Juntos, aprendieron que todos tienen un papel importante en el trabajo. Leo, el lobo, descubrió que ayudar a otros trae alegría y amistad.