7th Oct 2024
Era un día brillante cuando Lucas, un niño curioso, entró en la biblioteca. Sus ojos se iluminaron al ver un libro dorado en una estantería polvorienta. El libro brillaba y parecía tener magia en su interior. Lucas se acercó y sintió una extraña emoción, como si el libro estuviera llamándolo.
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El libro estaba cerrado con un candado dorado. Lucas miró a su alrededor y vio un viejo maestro de la biblioteca. "¿Cómo puedo abrir este libro?", preguntó. El maestro sonrió y dijo: "Solo puedes abrirlo con palabras mágicas. Encuentra las correctas y podrás viajar a un nuevo mundo".
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Lucas pensó y pensó. Decidió que la palabra 'aventura' podía ser la clave. Con voz temblorosa, dijo "¡Aventura!" El candado chisporroteó y se abrió. El libro se abrió lentamente, mostrando páginas doradas con ilustraciones brillantes. Lucas sintió un torbellino a su alrededor.
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De repente, Lucas se encontró en un reino mágico lleno de árboles que hablaban y ríos que cantaban. Los personajes de los cuentos estaban por todas partes. Había una princesa triste sentada en un tronco, y un dragón que parecía preocupado. Lucas se acercó a la princesa y le preguntó: "¿Por qué estás triste?".
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"Perdí mi tesoro y sin él, no puedo ser feliz", lloró la princesa. Lucas se sintió valiente y decidió ayudar. "¿Dónde lo perdiste?", preguntó. La princesa le dijo que lo había dejado en el bosque de las sombras. Juntos, se adentraron en el bosque, buscando pistas.
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Mientras caminaban, un curioso conejo los observaba. Tenía una cesta llena de frutas de colores. "¡Hola!", dijo el conejo. "¿Buscan algo?" Lucas explicó la situación, y el conejo ofreció su ayuda, prometiendo que las frutas mágicas podrían guiarlos.
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Con el conejo y la princesa, Lucas encontró un camino que brillaba. Las frutas parecían sonar mientras avanzaban. A cada paso, las sombras del bosque se hacían más brillantes, mostrando el camino hasta un antiguo árbol.
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Bajo el árbol, Lucas vio un destello de oro. ¡Era el tesoro de la princesa! Juntos, lo levantaron y una luz brillante llenó el bosque. La princesa sonrió, y su tristeza se desvaneció. "¡Gracias!, Lucas, eres un héroe", dijo ella, abrazándolo con alegría.
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Lucas se sintió feliz, haber ayudado y hecho nuevos amigos. Entonces recordó el libro dorado. Al final del día, debía regresar a casa. Miró al cielo y dijo: "¡Una palabra mágica para volver, por favor!"
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De repente, Lucas fue transportado de vuelta a la biblioteca. El libro dorado se cerró suavemente y el maestro sonrió. "Eres el primero en encontrar las palabras mágicas", dijo. Lucas supo que su aventura apenas comenzaba, y que siempre podría regresar al reino de cuentos.
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