28th Oct 2024
Había una vez un pequeño gallito llamado Carlos. Carlos vivía en una granja con muchos animales. A pesar de que todos los gallos cantaban al amanecer, Carlos tenía miedo de cantar. Cada vez que abría su pico, solo salía un suave murmullo. Los otros animales lo animaban, pero él seguía echando la cabeza abajo.
Un día, la granja organizó un concurso de canto. Todos los animales estaban emocionados. Carlos los veía desde lejos, sintiéndose triste y fuera de lugar. Pensó que nunca podría brillar como los demás. Sin embargo, su amiga la gallina Sofía, se le acercó y le dijo: 'Carlos, todos tienen una voz especial. Solo debes creer en ti mismo.'
Carlos decidió intentar cantar en secreto. Se escondió detrás de un árbol y, al principio, solo salió un pequeño 'pío'. Pero no se rindió. Practicó todos los días, imitando a los otros gallos, hasta que su sonido se volvió más fuerte y más seguro. Poco a poco, fue sintiendo que la música estaba dentro de él.
Finalmente, llegó el día del concurso. Con un poco de miedo en su corazón, Carlos subió al escenario. Miró a su alrededor y vio a todos los animales mirando con atención. Sofía le dio un guiño de aliento. Con un profundo respiro, Carlos cantó con todas sus fuerzas. Su voz resonó en el aire, hermosa y clara, sorprendiendo a todos los presentes.
Cuando terminó, los aplausos estallaron. Carlos sonrió y, por primera vez, se sintió orgulloso de sí mismo. Había superado su miedo y había mostrado su verdadero talento. Desde ese día, Carlos nunca volvió a tener miedo de cantar. Todos los animales lo elogiaban y él brillaba como el gallo más feliz de la granja.