28th Oct 2024
Era una hermosa mañana cuando Luna, una niña curiosa, decidió salir a explorar. El sol brillaba en el cielo azul y una suave brisa soplaba. Mientras caminaba por el campo, encontró un camino hecho de nubes blancas. Intrigada, siguió el camino que la llevó hacia un castillo brillante en las nubes.
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El castillo de la luna era enorme y resplandecía con un brillo plateado. Luna no podía creer lo que veían sus ojos. Las torres eran altas y estaban tapizadas de estrellas. Al acercarse, escuchó una risa suave, como un susurro de la brisa. Cuando entró, vio a una nube divertida llamada Nube. Nube sonreía y flotaba alegremente, lista para hacer nuevos amigos.
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Luna se sintió muy feliz de conocer a Nube. Juntas, decidieron explorar el castillo. Mientras subían por las escaleras de caracol, encontraron una habitación llena de globos de colores. Allí conocieron a otro amigo, un globo llamado Globo, que vibraba de emoción. Globo los invitó a jugar a una carrera en el cielo.
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Cuando salieron al aire libre, el cielo se iluminó con los colores brillantes de los globos. Luna, Nube y Globo comenzaron a volar juntos. Sentían la libertad del viento en sus rostros y el calor del sol en sus espaldas. Era enlazarse por la amistad y la aventura.
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A lo largo del día, vivieron muchas aventuras. Volaron sobre mares de esponjosas nubes y exploraron islas hechas de algodón de azúcar. En un momento, incluso encontraron un arcoíris y jugaron a saltar de color en color, riendo y gritando de alegría.
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Al caer la tarde, la luna comenzó a brillar en el cielo. Luna miró hacia arriba y le dijo a sus amigos: 'Miren, nuestra amiga la Luna está aquí para cuidarnos.' Y mientras la luna se hacía más grande, el castillo también brillaba con la luz de la noche.
Luna sabía que era hora de regresar a casa. Pero no quería despedirse de Nube y Globo. 'No te vayas, Luna. Ven a visitarnos siempre,' exclamó Nube con una sonrisa. 'Siempre habrá aventuras aquí,' agregó Globo felizmente.
Luna prometió que volvería a visitarlos. Con una sonrisa en su rostro, tomó un profundo aliento mientras se despidió de sus amigos en el castillo de la luna. Salió volando mientras sus amigos la saludaban con alegría desde el castillo.
Al llegar a casa, Luna no pudo dejar de pensar en sus amigos y las aventuras que vivirían juntos en el futuro. Sabía que en cualquier momento podría volver al castillo en las nubes y seguir explorando el cielo.
Y así, cada vez que miraba la luna por la noche, sentía una conexión especial con su castillo de nubes y sus amigos, recordando que la amistad y la aventura siempre estarían en el aire.
