28th Oct 2024
Santiago tenía un muñeco de peluche llamado Tico. Tico era un oso marrón con una gran sonrisa. Santiago lo abrazaba todas las noches antes de dormir. Pero una noche, algo mágico sucedió. Santiago se quedó dormido y Tico cobró vida.
Tico saltó del estante y sonrió. "¡Hola, Santiago!" dijo con una voz suave. Santiago despertó y no podía creer lo que veía. Su amigo de peluche estaba de pie y moviéndose. "¡Esto es increíble!" gritó Santiago con alegría.
Juntos fueron a un mundo de sueños. Un mundo lleno de estrellas brillantes y nubes de colores. Los dos amigos comenzaron a volar alto en el cielo. "¡Mira, Santiago! ¡Podemos volar!" gritó Tico emocionado.
Viajaron a un bosque encantado. En el bosque, vieron árboles gigantes y flores que hablaban. Las flores les dijeron: "Bienvenidos, amigos!" Santiago y Tico se rieron y jugaron con las flores.
Luego escucharon música suave. Era un grupo de mariposas que bailaban. "¡Vamos a bailar!" dijo Tico. Santiago y Tico se unieron a la danza, llenos de alegría y risas.
Después de bailar, decidieron tener una aventura. Encontraron un río brillante, lleno de peces de colores. "Vamos a nadar, Tico!" dijo Santiago. Saltaron al agua y nadaron felices.
El sol comenzó a salir en el mundo de los sueños. Santiago sabía que debía regresar a casa. "No quiero que esto termine!" dijo. Tico respondió: "Siempre volveré cada noche, amigo."
Santiago despertó en su cama con una gran sonrisa. Miró a Tico y le dio un abrazo. "Gracias por la mejor aventura!" dijo. Ahora sabía que siempre tendría a su amigo especial a su lado.
Cada noche, Santiago soñaba con Tico. Juntos exploraban mundos mágicos, bailaban y reían. Nunca se sentía solo con su amigo de peluche.
Y así, Santiago y Tico vivieron muchas aventuras juntos, siendo amigos por siempre, en sus sueños y en su corazón.