15th Jan 2025
En un lugar muy frío, dos niños esquimales juegan felices. "¡Mira, Anaya!" dice Kimo, señalando un pez en el hielo. "¡Vamos a atraparlo!" Anaya ríe y responde, "¡Sí, Kimo! Y después jugamos en la nieve." Donde viven, hay muchas estrellas brillantes y el aire es fresquito. Ellos saben que su hogar es una iglú, hecha de bloques de nieve. ¡Qué aventura!
Kimo y Anaya pasan el día explorando el paisaje. Hacen bolas de nieve y las arrojan. "¡Gran tiro!" grita Kimo mientras Anaya ríe.
Los niños esquimales van a recoger bayas y ayudan a sus familias. "Cada día es divertido", dice Anaya. "¡Sí! En la nieve, jugamos y aprendemos" añade Kimo. El sol brilla y su amistad crece cada día. ¡Así es su vida, llena de diversión y amor!
Después de recoger bayas, Kimo y Anaya regresan al iglú. "¡Vamos a hacer un pastel de bayas para mamá!" sugiere Kimo. Anaya asiente con entusiasmo y juntos empiezan a preparar la deliciosa sorpresa. El aroma dulce llena el aire y ellos sonríen al ver lo bien que trabajan en equipo.
Al caer la noche, las estrellas comienzan a brillar en el cielo. "Mira cuántas estrellas, Kimo", dice Anaya, acurrucándose junto a su amigo. "Sí, son como nuestras luces mágicas", responde Kimo con una sonrisa. Se despiden del día felices, sabiendo que mañana les espera otra aventura en su hogar lleno de amor y risas.