28th Oct 2024
Había una vez una pequeña estrella llamada Lila. Lila vivía en el cielo, pero no brillaba como las otras estrellas. Las estrellas brillantes siempre le decían: "¡Brilla, Lila!" Pero Lila era tímida y no sabía cómo brillar.
Una noche, Lila miró hacia abajo y vio a un pequeño conejo buscando su camino en la oscuridad. Se sentía triste porque no podía ayudar. Entonces, Lila tuvo una idea. "¡Puedo ayudarle a encontrar su camino!" pensó.
Lila se concentró y comenzó a parpadear. Poco a poco, empezaron a aparecer pequeños destellos de luz. Al ver esos destellos, el conejito levantó la vista. "¡Qué hermosa luz!" dijo el conejo, feliz de ver a Lila.
Cuando el conejito siguió la luz de Lila, pudo encontrar su camino hacia casa. Se sintió tan agradecido y feliz. Lila se sintió cálida por dentro. "¡Puedo hacer algo bueno!" pensó emocionada.
A la mañana siguiente, mientras el sol brillaba, Lila vio a un grupo de aves atrapadas en un árbol. No podían salir. "¡Debo ayudar!" dijo Lila. Con toda su fuerza, trató de brillar más.
Esa noche, Lila brilló más que nunca. Las aves vieron la luz y volaron hacia ella. "Gracias, pequeña estrella!" cantaron las aves. Lila estaba feliz de poder ayudar. Su brillo comenzó a crecer.
Con cada animal que ayudaba, Lila descubría su luz. Iluminó el camino de un zorro perdido y ayudó a una tortuga a encontrar su charca. Lila se preocupaba por los animales de la noche.
Los otros animales comenzaron a notar a Lila. "¡Mira! ¡La pequeña estrella que brilla para nosotros!" dijeron. Lila sonrió, ya no era tímida, su luz era brillante y hermosa.
Una noche, el cielo estaba despejado y lleno de estrellas. Lila brillaba con sus amigos. "¡Mira cómo brilla!" susurraron las otras estrellas. Lila se sintió feliz y plena.
Lila había encontrado su verdadero propósito. Al ayudar a los animales, había aprendido a brillar. Y así, la pequeña estrella que no brillaba, se convirtió en la estrella más brillante del cielo.