28th Oct 2024
Había una vez una gallina valiente llamada Clara. Clara vivía en una granja con otros animales. A veces, miraba a las aves volar en el cielo. ¡Quería volar también!
Un día, Clara decidió que eso tenía que cambiar. Se acercó a sus amigos, el pato Pablo y la oca Olivia, y les dijo: «¡Quiero volar! ¿Me ayudan?». Ellos sonrieron y asintieron.
Primero, Clara intentó saltar desde una roca alta. Saltó y movió sus alas, pero solo cayó en un montón de paja. «¡Uf! Esto es más difícil de lo que pensé», dijo con un suspiro.
Pablo, el pato, sugirió: «Tal vez deberías intentar con un avión de papel. ¡Podemos hacerlo juntos!». Clara pensó que era una idea divertida. Trabajaron en equipo.
Mientras hacían el avión, Olivia, la oca, se rió y dijo: «¡Vamos, Clara! ¡Eres valiente y inteligente! ¡Estoy segura que volarás!». Clara se sintió emocionada por sus palabras.
Finalmente, construyeron un avión de papel grande y colorido. Clara lo tomó con sus patas y corrió, pero al tirarlo al aire, solo flotó y luego cayó en el barro. «¡Ay no!», exclamó.
Pero Clara no se rindió. «Intentemos otra vez», dijo con determinación. Sus amigos la animaron a seguir probando, gritando: «¡Tú puedes, Clara!».
Luego, Clara pensó en hacer un gran paracaídas. Usaron hojas grandes y cuerdas. Clara se metió dentro, y sus amigos la elevaron un poco. ¡Era emocionante!
Cuando llegó el momento de soltarla, Clara gritó: «¡Voy a volar!». Con una gran sonrisa, se lanzó. El paracaídas funcionó, ¡y ella flotó hacia abajo!
Al final del día, aunque no voló como los pájaros, Clara se dio cuenta de que había pasado un gran día con sus amigos. Rieron y jugaron, y eso era lo más importante.