27th Oct 2024
La familia López era muy unida. Siempre se ayudaban unos a otros, nunca se dejaban solos. Un día, decidieron ir al parque. Llevaban una manta para sentarse y una cesta llena de deliciosas frutas. Los niños reían y jugaban, mientras los padres charlaban felices.
En el parque, vieron un bello árbol. Era grande y frondoso, perfecto para jugar. Los niños corrieron hacia él y treparon con cuidado. Papá los miraba y les decía que siempre tenían que ayudarse entre hermanos. Mamá sonreía sabiendo que eran un gran equipo.
Después, compartieron la fruta. Todos tomaron un poco de cada cosa. Comer juntos hacía que la fruta supiera mejor. También jugaron a contar historias. Cada vez que uno contaba un cuento, todos escuchaban con atención. Así aprendían a respetar y valorar las palabras de los demás.
Al final, la familia decidió hacer algo especial. Hicieron dibujos de su día en el parque. Cada dibujo tenía a todos juntos, sonriendo y felices. Así guardaron un hermoso recuerdo de su día y de los valores de su familia: unidad, amor y respeto.
Cuando regresaron a casa, todos estaban cansados, pero muy felices. Mamá les dijo que siempre debían recordar ese día especial. La familia López sabía que, mientras estuvieran juntos, cualquier día podría ser una gran aventura.