21st Aug 2025
En una granja verde y llena de magia, vivía un niño llamado Gabriel. Gabriel tenía 8 años y amaba, con todo su corazón, sus tres trenes de juguete. "¡Son mis amigos!" decía él. No eran trenes comunes; cada uno brillaba con un color especial. Los llevaba a todas partes: al jardín, al mercado, ¡incluso al colegio!
Una noche, mientras la luna iluminaba la granja, los trenes cobran vida. El Tren 1, el más pequeño, preguntó: "¿Podemos leer los libros en la biblioteca?". Los libros respondieron: "¡Por supuesto! Pero deben ser silenciosos". Los trenes empezaron a leer en secreto, moviendo los labios rápidamente. El Tren 1 decía: "Mmm-aaa... Mmm-eee..." pero se cansaba. El Tren 4, ¡volaba sobre las páginas! "¡Yo veo las frases enteras!" explicó. Así, los trenes aprendieron a leer juntos, usando su mente y ojos, viajando a mundos mágicos.
Al final, Gabriel no sabía que sus trenes eran los mejores compañeros de lectura.