7th Oct 2024
Una niña llamada Luisa encontró un libro antiguo en el desván de su abuela. El libro tenía una cubierta dorada y muchos dibujos coloridos. Luisa lo abrió y se sorprendió al ver que era un libro de magia.
Las páginas del libro estaban llenas de hechizos y encantamientos. '¡Qué emocionante!' pensó Luisa, mientras leía sobre cómo hacer aparecer flores y hacer que las luces bailaran. Decidió que quería aprender todos los secretos de la magia.
Pasó días practicando los trucos que había aprendido. Las flores danzaban a su alrededor y las luces brillaban con alegría. Su abuela, que la miraba desde la ventana, sonreía. Luisa se sentía feliz, ¡la magia estaba en sus manos!
Una mañana, mientras leía, encontró una invitación a un torneo de magos jóvenes. '¡Qué increíble!', exclamó. '¡Voy a participar!'. La idea de competir con otros niños la llenó de emoción y un poco de miedo.
Los días pasaron y Luisa se preparó. Se hizo un disfraz de estrellas y luna y, cuando llegó el día del torneo, su corazón latía fuerte. Muchos niños estaban allí, todos listos para mostrar su magia. ¡Era un día especial!
Cuando comenzó la competencia, los magos uno a uno mostraban sus trucos. Uno hizo volar una paloma blanca, y otro hizo que la niebla cubriera el escenario. ¡Qué espectáculo! Luisa pensó en lo que había aprendido y en lo que podía hacer.
Cuando llegó su turno, Luisa respiró hondo, levantó su varita y dijo: '¡Flores mágicas, ven a mí!'. En un instante, muchas flores de colores brotaron. Pero eso no era todo; agregó un toque especial. Las flores comenzaron a bailar al ritmo de una melodía.
El público aplaudió con alegría y entusiasmo. '¡Es increíble!', gritaron. Luisa sonrió. Su magia era única, y se sintió más confiada. Pero había un truco más que quería mostrar: un hechizo de creatividad.
Con su varita dorada, Luisa conjuró colores, formas y luces, creando un espectáculo deslumbrante. Era como un sueño, y todos estaban asombrados. Cuando terminó, el jurado no pudo creer lo que había visto.
Finalmente, la maestra de ceremonias anunció: 'El ganador del torneo de magia es... ¡Luisa!'. Ella saltó de alegría. Había ganado la varita dorada. Desde entonces, Luisa siempre recordaría que con creatividad y amor, ¡la magia puede volar!