28th Oct 2024
Había una vez un pez llamado Pablo. Pablo era un pez de colores brillantes. Él nadaba feliz por el océano. Pero Pablo tenía un sueño: quería ser artista. ¡Quería pintar los corales y el mar!
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Un día, Pablo decidió preguntarle a sus amigos. "¿Ustedes me ayudarán a ser artista?", les dijo con una gran sonrisa. Sus amigos eran un pulpo, una estrella de mar y un pez globo. Ellos saltaron de alegría. "¡Sí, te ayudaremos!"
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Pablo y sus amigos se reunieron en un hermoso lugar. Allí había corales de todos los colores. "¡Vamos a recoger materiales!", dijo Pablo emocionado. El pulpo trajo con tinta de sepia, la estrella de mar trajo arena brillante, y el pez globo trajo conchas.
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Pablo comenzó a dibujar en la arena. Su cuerpo se movía mientras hacía olas con su aleta. ¡Cruzaba y giraba! Todos sus amigos miraban con asombro. "¡Eres un gran artista, Pablo!", dijeron animándolo.
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Con el tiempo, Pablo hizo muchas obras de arte. Un día, decidió hacer una exposición en el fondo del mar. Sus amigos estaban muy emocionados. "¡Haremos una fiesta!", gritó el pulpo. Empezaron a decorar con conchas y algas.
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Finalmente, llegó el gran día. Los peces del océano estaban invitados. Pablo estaba nervioso, pero feliz. Cuando los peces llegaron, todos se asombraron. "¡Qué pintura tan hermosa!", exclamó una pez payaso.
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Los peces aplaudieron con sus aletas. Pablo sonrió con orgullo. Enseñó cada una de sus obras. Había coral, peces y burbujas. Todos disfrutaron de la exposición.
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Al final del día, Pablo dijo: "Gracias, amigos. Sin ustedes, no habría podido hacerlo". Ellos respondieron: "Eres un gran artista, Pablo. Estamos orgullosos de ti!"
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Desde entonces, Pablo siguió pintando. Enseñó a otros peces que también podían ser artistas. Caminó junto a ellos por el océano, sabiendo que sus sueños podían hacerse realidad.
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Y así, Pablo el pez, el pez que quería ser artista, nunca dejó de soñar y crear. Todos en el océano recordaron su talento y su alegría.
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