8th Dec 2024
Era un día cálido en Australia y un koala bebé de color gris plateado, llamado Koko, estaba medio dormido junto a su mamá. "¿Escuchas eso, mamá?" preguntó Koko con voz tierna. A través del suave susurro del viento, oyeron el llanto de un niñito en la distancia. Curioso, Koko abrió los ojos y miró a su mamá, que sonrió suavemente. "Ve, querido, quizás él necesita tu ayuda".
Koko descendió delicadamente del árbol de eucalipto, sus pequeñas patas apenas hacían ruido mientras se acercaba a la casa. Al acercarse, vio al niño sentado en el suelo, con lágrimas en sus mejillas. Sin dudar, Koko se acomodó al lado del niño y cerró los ojos. Al instante, el niño sintió una cálida calma, y juntos se quedaron dormidos, mientras los padres del niño miraban con amor, sintiendo la paz que llenaba la habitación.