28th Oct 2024
Era una noche oscura en el bosque. Un pequeño ratón se perdió buscando su hogar. Con sus ojitos grandes y asustados, miraba a su alrededor. No sabía hacia dónde ir. Entonces, escuchó un suave ulular.
El ratón se acercó temerosamente. Allí estaba el búho sabio, posado en una rama. El búho era viejo y tenía plumas marrones y ojos amarillos que brillaban. Se sonrió y dijo: 'No temas, pequeño ratón, puedo ayudarte.'
—¿Cómo puedes ayudarme? —preguntó el ratón—. Estoy muy asustado y perdido. El búho le contestó: 'Te contaré historias. Las historias dan valor. Escúchame bien.'
La primera historia comenzaba en un día soleado. Una tortuga valiente decidió competir con una liebre rápida. La tortuga aprendió que la paciencia y la constancia son importantes. El ratón escuchaba con atención.
—¡Yo quiero ser valiente como la tortuga! —exclamó el ratón, sintiéndose un poco más seguro. El búho sonrió y continuó con otra historia:
Esta vez hablaba de un pequeño pájaro que salió de su nido. Tenía miedo, pero voló alto. El ratón empezó a pensar: 'Si el pájaro puede, yo también puedo encontrar mi camino.'
Después de contar varias historias, el búho dijo: 'La valentía no significa no tener miedo, sino seguir adelante a pesar de él.' El ratón sonrió, sintiéndose más fuerte.
—¡Gracias, búho sabio! —dijo el ratón—. Ahora tengo valor. El búho le dio un consejo: 'Sigue el sonido del río. Allí está la salida del bosque.'
El ratón siguió el sonido del agua. Se sentía como un héroe. Pronto vio su hogar. Se dio la vuelta y gritó: '¡Gracias, búho sabio!'
Desde ese día, el pequeño ratón siempre recordaba las historias del búho sabio. Sabía que podía ser valiente en cualquier aventura.