7th Oct 2024
Diego era un niño curioso y creativo. Le encantaba construir cosas con su caja de herramientas. Un día, decidió hacer un robot. Diego dijo, "¡Voy a construir un robot que me lleve a las estrellas!"
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Con tornillos y tuercas, el robot comenzó a tomar forma. Era un robot grande y brillante, con brazos que giraban. Tenía ojos que lucían como luces. Diego sonrió y dijo, "¡Eres perfecto para la misión!"
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El robot se llamaba Estelar y estaba listo para volar. Diego y Estelar contaron hasta tres, y ¡zummm! ¡Despegaron hacia el cielo! Las estrellas brillaban como diamantes en la oscuridad. Era un viaje emocionante.
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En el espacio, vieron muchos planetas. Un planeta era rojo y muy caliente, y otro era azul como el océano. Diego exclamó, "¡Qué hermoso!". El robot sonrió y dijo, "Vamos a explorar más allá, Diego. La aventura apenas comienza."
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De repente, conocieron a un ser de un planeta verde. Era pequeño y peludo, con ojos grandes y amistosos. Dijo, "¡Hola, Diego! Soy Pipo. ¿Quieres jugar?" Diego se llenó de alegría y aceptó la invitación. ¡Era un nuevo amigo!
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Pipo mostraba a Diego y a Estelar su planeta. Había árboles de algodón de azúcar y ríos de limonada. Todos jugaban y reían. Diego pensó, "La amistad es la mejor parte de esta aventura".
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Después de jugar, Diego le preguntó a Pipo, "¿Cómo es tu vida aquí?" Pipo sonrió y respondió, "Es divertida y llena de risas. Pero siempre es mejor con amigos aquí, y los amigos son como estrellas, brillan más juntos."
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Diego se dio cuenta de que la exploración es emocionante, pero la verdadera alegría viene de compartir momentos. Decidió invitar a Pipo a viajar con ellos por el universo. Los tres, juntos como amigos, vinieron a ser un dúo.
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Pasaron por planetas de colores y estrellas fugaces. Cada aventura les enseñaba algo nuevo sobre la vida, la amiga y la exploración. Con Estelar y Pipo, Diego se sentía feliz y en casa.
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Cuando regresaron a la Tierra, Diego abrazó a Pipo y le dijo, "Siempre serás mi amigo espacial. Juntos compartimos lugar, caminos para soñar y explorar.”
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