Luego, Luisa gritó: "¡Yo compraría la pizza más cara del mundo!" Consistía en oro y caviar. Costaba ¡12,000 dólares! Pedro se rió y dijo: "¡Necesitaríamos comer ochenta para gastar todo el dinero!" Pero se rascó la cabeza y se preguntó: "¿El sabor del oro realmente vale la pena?" A continuación, hablaron de un baño dorado. "¡Todo, incluso la cisterna, es de oro!" exclamó Luisa. Pero luego Pedro bromeó: "¡Si se rompe, podríamos vender una pieza para repararlo!" Juntos se rieron mientras imaginaban todas las cosas locas que podrían comprar con un millón de dólares.