28th Nov 2024
Había una vez en la escuela primaria Sancho Panza un grupo de amigos muy unidos. Ellos estaban juntos desde kínder. Era un 30 de abril, el día del niño. Todos estaban emocionados por la fiesta, pero no sabían que el día sería una montaña rusa de emociones.
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El maestro Ricardo sentía mucha ansiedad. La comida no había llegado y el tiempo corría rápido. Pero, cuando finalmente llegó la comida, se sintió aliviado. Ya podía comenzar la celebración con sus alumnos.
Leonardo estaba muy feliz. Era su primer año celebrando el día del niño con sus nuevos amigos. Joaquín, por otro lado, se sentía triste. Cuando se le acabó la comida, no pudo pedir más y le dio vergüenza.
Mientras tanto, Sofía tenía miedo de jugar en las canchas de fútbol. Había recibido un balonazo días atrás y aún le dolía. Paulo, el que siempre dormía en clase, quería irse a casa, pues se aburría mucho. No le gustaban ese tipo de actividades.
Cuando todo parecía tranquilo, los niños de otro salón llegaron. Se sintieron celosos de la fiesta. El maestro Ricardo llevó a los niños a hablar con el director. Al final, todos se hicieron amigos y jugaron juntos, riendo y disfrutando su día del niño.
