28th Oct 2024
Había una vez una oruga llamada Clara. Clara era una oruga verde brillante que siempre miraba a las mariposas que volaban sobre ella. "¡Oh, cómo me gustaría bailar como ellas!" pensaba Clara cada vez que veía a una mariposa deslizándose por el aire. Sin embargo, ella sentía que no podía porque era solo una oruga, muy distinta a las hermosas mariposas.
Un día, Clara decidió que haría lo que fuera necesario para convertirse en mariposa. Se acercó a una mariposa amarilla brillante que descansaba sobre una flor. "¿Cómo puedo bailar como tú?" preguntó Clara. La mariposa sonrió y respondió, "Primero debes aceptar quién eres. La belleza está en ser diferente y también en tu viaje de transformación".
Clara se quedó pensando en lo que la mariposa le dijo. "Quizás ser una oruga no es tan malo después de todo", pensó Clara. Empezó a explorar su entorno. Mientras avanzaba, conoció a otros insectos, como a una hormiga trabajadora y a una mariquita alegre. Todos ellos le mostraron que cada uno tenía su propia manera de ser especial.
Después de un tiempo, Clara se sintió feliz siendo una oruga. Empezó a bailar con los vientos, disfrutando de cada momento. Las hojas a su alrededor parecían moverse con ella, creando una danza de vida. Años de sueño sobre ser mariposa y ver a otras orugas a su alrededor la hicieron comprender que ser diferente tenía su propia belleza.
Finalmente, llegó el momento de transformarse. Clara se envolvió en un capullo y esperó. Cuando emergió, se dio cuenta de que ahora era una hermosa mariposa, con alas coloridas. Clara voló y bailó en el aire, riendo de felicidad. Comprendió que ser una oruga la había llevado a descubrir su verdadera belleza, y no podía esperar a bailar con otras mariposas.