28th Oct 2024
Había una vez una mariposa pequeña llamada Bella. Bella tenía alas de colores brillantes: azul, amarillo y rosa. Ella vivía en un hermoso jardín lleno de flores. A Bella le encantaba explorar y ver todo lo que había a su alrededor.
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Un día, mientras volaba de flor en flor, Bella vio a unos científicos. Ellos estaban observando a las aves y las flores. Bella sintió curiosidad y decidió acercarse a ellos. Quería descubrir los secretos de la naturaleza.
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Los científicos hablaban sobre cómo las flores crecen y cómo las aves hacen sus nidos. Bella quería aprender todo sobre eso. "¡Yo también quiero ser científica!" -pensó emocionada. Ella soñaba con volar y hacer grandes descubrimientos.
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Entonces, Bella comenzó su aventura. Voló a las plantas y observó las hojas brillantes. Vio a las hormigas trabajando y a las mariquitas en las flores. Todo la sorprendía y llenaba de alegría. El jardín era un maravilloso laboratorio.
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Un día, Bella conoció a una sabia tortuga llamada Tula. Tula le contó sobre las estrellas y la luna. "Las estrellas son como pequeñas luces en el cielo. Hay muchos misterios allá arriba", dijo Tula. Bella se emocionó aún más por la ciencia.
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Bella decidió que quería aprender sobre todo. Comenzó a preguntar a todos en el jardín. "¿Qué saben de las nubes? ¿Y del viento?". Todos la ayudaban y le contaban historias maravillosas. Bella estaba muy feliz de tener amigos que le enseñaban.
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Mientras más aprendía, más se daba cuenta de la belleza de la naturaleza. Las flores, los árboles y los animales tenían historias mágicas. Bella quería compartir lo que sabía con todos los que conocía en el jardín.
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Finalmente, Bella decidió hacer un libro. En él, dibujaba todo lo que había aprendido. Escribía sobre su curiosidad y el amor por la ciencia. Bella soñó con un jardín lleno de Científicas y Científicos en el futuro.
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Un día, invitó a todos a escucharla. "¡Miren!" -dijo Bella, mostrando su libro. "La naturaleza es increíble. Todos podemos ser científicos y descubrir cosas maravillosas juntos". Todos aplaudieron y sonrieron.
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Desde ese día, Bella es conocida como la mariposa científica. Ella nunca dejó de aprender ni de explorar. Y en su jardín, todos siguieron compartiendo sus secretos de la naturaleza.
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