28th Oct 2024
Había una vez una abeja llamada Bella. Bella trabajaba en la colmena, recolectando miel. Pero, en su corazón, soñaba con bailar. Siempre veía a otros insectos moviéndose con alegría y quería unirse a ellos.
Un día, Bella decidió pedir ayuda a sus amigas. Llamó a sus amigas, la mariposa Lila y la hormiga Ana. "¿Me ayudarán a aprender a bailar?", preguntó Bella emocionada.
Lila sonrió y dijo: "¡Sí!". Ana también estuvo de acuerdo. Las tres amigas se reunieron en un campo lleno de flores. Era un día soleado y perfecto para bailar.
Lila mostró a Bella unos pasos sencillos. "Mira cómo me muevo", dijo mientras giraba y daba saltitos entre las flores. Bella trató de imitarla, pero era un poco torpe.
Ana, la hormiga, les animó: "No te preocupes, Bella. ¡Con práctica, lo lograrás!" Bella sonrió y siguió intentando. Se sentía feliz de estar con sus amigas.
Después de un ratito, Bella comenzó a mejorar. "¡Estoy bailando!", gritó con alegría. Las tres estaban riendo y disfrutando el momento. El ritmo del campo era perfecto.
De pronto, Lila tuvo una idea. "¡Hagamos una danza en círculo!", sugirió. Así lo hicieron: giraron, saltaron y se rieron juntas. La felicidad llenó el aire.
El sol brillaba y las flores bailaban al viento. Bella se sentía libre y llena de alegría. Aprendió que bailar era aún más divertido con sus amigas a su lado.
Al caer la tarde, Bella le dijo a Lila y Ana: "Gracias por ayudarme. Bailar es maravilloso, y me encanta hacerlo con ustedes".
Las tres amigas se abrazaron, felices. Desde aquel día, Bella bailó siempre que podía, y se dio cuenta de que la verdadera alegría estaba en compartir momentos con sus amigas.