28th Oct 2024
Había una vez un árbol solitario en el bosque. Era alto y fuerte, con hojas verdes y suaves. El árbol miraba a los animales jugar y reír. Pero se sentía muy solo y deseaba tener amigos. Un día, un niño llamado Lucas llegó al bosque y decidió explorar.
Lucas era un niño curioso, con cabello rizado y siempre sonriendo. Al ver al árbol, se acercó y le dijo: "¡Hola, gran árbol! ¿Por qué estás tan triste?" El árbol respondió: "Quiero ser tu amigo, pero no sé cómo hacer amigos. Estoy solo aquí." Lucas pensó un momento, y luego dijo: "¡Puedo ayudarte!"
El día siguiente, Lucas trajo semillas de flores al árbol. Juntos plantaron las semillas alrededor del tronco. El árbol emocionado vio cómo las flores empezaron a crecer. Con cada nueva flor, los pájaros venían a cantar y a posarse en las ramas. El árbol se sentía más feliz cada día.
A medida que las flores crecían, los animales del bosque se acercaban al árbol. Venían a jugar y a descansar bajo su sombra. El árbol comenzó a aprender que, a veces, solo necesitas dar para recibir cariño a cambio. Lucas siempre estaba allí, y su amistad creció cada día.
Finalmente, el árbol se dio cuenta de que no estaba solo. Tenía muchos amigos: pájaros, ardillas y su querido amigo Lucas. Aprendió que los pequeños actos de bondad pueden atraer a muchos amigos. Y así, el árbol sonrió y se sintió muy feliz en su nuevo hogar lleno de amor.