15th Feb 2025
Era el primer día de Mateo en el Instituto Francisco de Goya de Zaragoza. Nervioso, se dijo a sí mismo: "¡Debo impresionar al equipo de fútbol!" Mientras caminaba por el pasillo, se encontró con Nayeli, una chica que parecía segura de sí misma. "¡Hola! Soy Nayeli, ¿tú eres nuevo?", preguntó con una sonrisa brillante. Mateo asintió y, sintiéndose un poco más tranquilo, respondió: "Sí, soy Mateo. Estoy emocionado por ser parte del equipo de fútbol." Nayeli sonrió y contestó: "¡Eso es genial! Pero ten cuidado, la natación sincronizada es mi territorio, ¡no dejes que el equipo de Aragón te intimide!"
Mateo pasó su primer día descubriendo nuevos amigos y disfrutando de sus clases, pero no podía evitar pensar en Nayeli. Al final del día, se encontró con ella otra vez. "¿Vas a ver nuestra competencia de natación el viernes?", preguntó Nayeli, con un brillo en sus ojos. "Claro, me encantaría!" respondió Mateo, sintiéndose un poco más audaz. "Tal vez puedas unirte al club algún día", dijo Nayeli, sonriendo. Con una nueva conexión, Mateo ya no se sentía tan nuevo en el instituto. Ambos sabían que sus caminos estaban recién comenzando a cruzarse en esta emocionante etapa de sus vidas.