28th Oct 2024
Estela era una sirena que vivía en las aguas cristalinas del océano. Tenía una hermosa cola de color azul, pero soñaba con tener una cola única, algo que nadie más tuviera. Un día, mientras nadaba cerca de un colorido arrecife de coral, conoció a un delfín juguetón llamado Dío. Juntos, decidieron que encontrarían la manera de ayudar a Estela a hacer su sueño realidad.
Dío y Estela buscaron en el fondo marino, preguntando a todos los animales marinos por su cola soñada. En su aventura, se encontraron con un pez globo llamado Pipo. Él era muy divertido y siempre estaba lleno de ideas locas. Pipo les contó sobre un lugar mágico donde podían encontrar escamas de colores brillantes que podrían darle a Estela la cola más especial del océano.
Siguieron a Pipo hasta una cueva escondida, iluminada con luces de colores y llena de tesoros. Las escamas brillaban como estrellas y Estela se emocionó al ver tantas opciones. Juntos, eligieron las escamas más hermosas: unas escamas doradas, otras en tonos de rosa y hasta una que destellaba como un arcoíris. Estela sabía que su cola sería única.
Con la ayuda de Dío y Pipo, Estela comenzó a mezclar las escamas en su cola. Mientras intentaban, crearon burbujas que danzaban a su alrededor. Finalmente, su cola se transformó en una obra maestra: era deslumbrante y tenía colores que nunca había imaginado. Estela sentía que era la sirena más feliz del mar, llena de brillo y magia.
Cuando Estela nadó por los océanos con su nueva cola, todos los peces y criaturas del mar la admiraron. Ella había encontrado no solo una cola única, sino también amigos que siempre la apoyarían. Estela sonrió y se dio cuenta de que la verdadera magia no estaba solo en su cola, sino en la amistad y en los momentos compartidos. Ahora, cada vez que nadaba, el mar se llenaba de colores y alegría.