28th Oct 2024
Era un lindo día en el lago. El sol brillaba y las flores coloridas rodeaban el agua. Un grupo de patitos decidió organizar una fiesta. Quería que todos los patitos del lago vinieran a jugar y a divertirse.
Los patitos trabajaron duro. Recolectaron hojas para hacer juegos. Hicieron una carrera de obstáculos y una pista resbaladiza. Cada patito estaba emocionado. ¡Era tiempo de jugar en el agua!
Llegó el momento de la fiesta. Los patitos invitaron a todos sus amigos. El lago se llenó de risas y chapoteos. La música empezó a sonar, y los patitos comenzaron a bailar en el agua.
Mientras jugaban, los patitos se dieron cuenta de que compartir era muy divertido. Un patito trajo deliciosos bocadillos. Todos se sentaron en la orilla a disfrutar del picnic.
Había semillas de girasol, frutas jugosas y pan crujiente. Todos los patitos compartieron sus comidas. “¡Mmm, esto es rico!” exclamaron mientras probaban todo.
Después del picnic, comenzaron los juegos. Hicieron una carrera de patitos. Todos estaban tan felices que sus plumas brillaban con el sol. Se reían y empujaban suavemente con sus paticas.
El patito más pequeño, llamado Pipo, soñaba en grande. Quería ser el ganador de la carrera. Con mucho esfuerzo, nadó directo a la meta. Los otros patitos gritaban: “¡Vamos, Pipo!”
Al final, todos los patitos ganaron. No importaba quién llegó primero. Lo importante era que se divertían juntos. Aprendieron que lo mejor de la fiesta era la amistad.
La música sonó de nuevo, y bailaron hasta que el sol se ocultó. Los patitos aplaudieron y dieron gracias por un día tan divertido. Prometieron tener más fiestas.
Al final del día, el lago brilló bajo la luna. Los patitos se fueron a casa cansados pero felices. ¡Qué gran fiesta habían tenido! Y así, la amistad siempre floreció en el lago.