28th Oct 2024
Un niño llamado Tomás vivía en un pueblo pequeño. Un día, mientras paseaba por el bosque, encontró una puerta brillante. La puerta tenía colores mágicos y luces danzantes. Tomás sintió una gran curiosidad y decidió abrirla.
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Al entrar, Tomás vio una casa llena de libros. Los libros estaban en estanterías altas y lucían relucientes. Cada libro tenía una portada colorida y parecía que le estaban sonriendo. Tomás se acercó a la estantería.
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Tomás tomó un libro que decía: 'El dragón y el tesoro'. Empezó a leer. ¡De repente, un dragón grande apareció! Tenía escamas brillantes y ojos amigables. El dragón le dijo: '¡Hola, Tomás! Gracias por leerme!'
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Tomás se sorprendió, pero se puso feliz. El dragón lo llevó volando por el cielo azul. Vieron nubes esponjosas y el sol brillante. Fue una aventura maravillosa. Tomás nunca había estado tan feliz.
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Después, Tomás encontró otro libro titulado 'La gran carrera de tortugas'. Al abrirlo, un grupo de tortugas corrió hacia él. Llevaban gafas y cascos. Las tortugas le dijeron: '¡Únete a nuestra carrera!'. Tomás rió y aceptó.
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Tomás y las tortugas corrieron juntos, riendo y disfrutando. La carrera fue divertida, aunque las tortugas eran lentas. El niño se dio cuenta de que lo más importante era pasar un buen rato con amigos.
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Cuando el sol empezó a ponerse, Tomás leyó otro libro llamado 'La fiesta de los animales'. Al abrirlo, aparecieron muchos animales, como gatos, perros y pájaros. Todos estaban listos para bailar y festejar.
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Tomás se unió a la fiesta. Bailó con los animales y disfrutó de la música. Se sintió feliz, rodeado de sus nuevos amigos. La casa de los cuentos era un lugar mágico lleno de alegría.
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Finalmente, Tomás supo que era hora de regresar a casa. Se despidió de sus amigos y prometió volver. Caminó hacia la puerta brillante con una gran sonrisa en su cara.
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Desde entonces, Tomás visitó la casa de los cuentos siempre que pudo. Cada vez que leía un libro, nuevos amigos aparecían. La magia nunca se acabó.
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