28th Oct 2024
En un pueblo pequeño, había una biblioteca antigua. Era un lugar mágico lleno de libros de historias. Un niño llamado Pablo siempre iba allí. Le encantaba leer sobre héroes y lugares lejanos. La biblioteca era su refugio especial.
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Un día, mientras buscaba un libro, Pablo vio un libro con una tapa dorada. Brillaba como el sol. Se acercó y lo abrió. Al instante, una luz brillante salió de él. Pablo sintió un cosquilleo en su cuerpo. No podía creer lo que estaba pasando.
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De repente, Pablo se encontró en un bosque encantado. Los árboles eran altos y sus hojas brillaban. Un grupo de animales hablantes lo rodeó. Había un zorro travieso, un conejo curioso y un búho sabio. Todos estaban emocionados de conocer a Pablo.
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El zorro le dijo: "¡Bienvenido, amigo! Hemos estado esperando por ti!". Pablo sonrió y sintió que podía hacer amigos rápidamente. Juntos, decidieron explorar el bosque lleno de maravillas.
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Mientras caminaban, encontraron un arroyo de aguas cristalinas. En el arroyo, nadaban peces de colores brillantes. Pablo se asomó y vio criaturas mágicas bajo el agua. Eran sirenas que sonreían y lo saludaban con la mano.
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Después de un rato, el búho sabio les dijo: "¡Debemos encontrar la Piedra de la Felicidad!". Era una piedra brillante que concedía deseos a quienes la encontraban. Pablo sintió una emoción en su corazón al pensar en lo que podía desear.
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El grupo siguió un mapa antiguo que el zorro había encontrado. Pasaron por cuevas oscuras y praderas coloridas. Cada cosa que veían era más sorprendente que la anterior. Se reían y disfrutaban de cada momento juntos.
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Finalmente, llegaron a una cueva brillante. Dentro, había un resplandor dorado. Era la Piedra de la Felicidad. Pablo, junto a sus nuevos amigos, hizo un deseo: ¡quería más aventuras!
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De repente, Pablo sintió que su cuerpo se movía de nuevo. La luz lo envolvió y, un instante después, se encontró de vuelta en la biblioteca. El libro mágico aún estaba abierto y sonriendo, parecía que lo invitaba a más aventuras.
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Pablo cerró el libro y sonrió. Sabía que la próxima vez que viniera a la biblioteca, podría entrar de nuevo en ese mundo mágico.
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