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Cuentos Para Dormir
Acompaña a Leo, Luna y Tino en su búsqueda del final del arcoíris y descubre que la verdadera riqueza está en la amistad. ¡Una aventura llena de colores y diversión!
Era un día brillante y soleado. Un grupo de amigos, Leo, Luna y Tino, miraban al cielo. De repente, vieron un hermoso arcoíris. "¡Vamos a buscar el final del arcoíris!", dijo Leo emocionado. Luna y Tino asintieron con alegría. Ellos querían encontrar tesoros.
Los tres amigos comenzaron su aventura. Caminaron por campos llenos de flores y mariposas. Leo decía: "¡Miren las flores! Son tan hermosas como el arcoíris." Luna sonrió: "¡Sí! Son como colores del arcoíris también." Tino saltó feliz entre las flores.
Mientras caminaban, encontraron un arroyo brillante. Las aguas eran claras y frescas. "¡Hagamos un descanso aquí!", sugirió Tino. Se sentaron a jugar y refrescarse. Leo hizo chapoteo y ríe, mientras Luna recogía piedras de colores.
Después de un rato, continuaron su camino. Al llegar a una colina, vieron el arcoíris más cerca. "¡Estamos cerca del final!", gritó Luna. Se sintieron emocionados y corrieron hacia la colina. Cada paso era una aventura.
En la cima de la colina, encontraron un gran árbol. Justo debajo, había un cofre dorado. "¡Lo encontramos!", gritaron alegres. Pero al abrir el cofre, solo había cartas de colores y dulces. Se miraron confundidos.
Luna leyó una carta que decía: "El verdadero tesoro es la amistad y los momentos compartidos". Leo y Tino miraron a Luna y sonrieron. Se dieron cuenta de que la búsqueda del arcoíris había sido una aventura especial.
Decidieron compartir los dulces y leer las cartas juntos. Cada carta tenía recuerdos de su aventura. Se reían y recordaban lo divertido que fue buscar el arcoíris.
Al final del día, se sentaron juntos bajo el árbol. Miraron el arcoíris y supieron que tenían el mejor tesoro: su amistad. "Siempre seremos amigos", dijeron juntos. Así, todos sonrieron.
Cuando el sol se escondió, el arcoíris desapareció. Pero la felicidad en sus corazones permaneció. Regresaron a casa, seguros de que la amistad era más valiosa que cualquier tesoro.
Esa noche, soñaron con nuevas aventuras y un arcoíris que nunca se iría. La búsqueda del arcoíris fue solo el comienzo de más historias juntos.
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