7th Oct 2024
Un grupo de amigos, tan valientes como divertidos, soñaron bajo estrellas de colores. Construyeron una nave espacial con alas de cartón y motores de frascos, riendo en sus corrientes, listos para un viaje en sus corazones.
Cuando dijeron "¡Aventura!", apretaron un botón de oro, y la nave empezó a brillar, dando un zumbido muy fuerte. Un portal se abrió, y de pronto, su patio se desvaneció, llevándolos a un reino gigante en el que nunca habían estado.
Los gigantes eran enormes y llenos de alegría, con sus risas resonando como un tambor. Pero en su gran planeta azul, un peligro se acercaba, ¡un volcán estaba a punto de erupcionar, una amenaza de ardor!
Los niños miraron a los gigantes y se dieron cuenta, que su ayuda se necesitaba. "¡No teman, amigos!", gritó Carla, "usaremos nuestra astucia para salvarlos de esta amenaza aterradora!"
Con ideas brillantes, comenzaron a actuar, buscando una forma de el volcán controlar. Usaron rocas y madera, creando un muro fuerte; los gigantes cantaron como un coro, felices por su esfuerzo.
Los niños trabajan juntos, con risas y destreza, cavando y construyendo en una gran certeza. Con cada roca colocada, su confianza crecía; a los gigantes no les faltaría más que destreza.
El volcán rugía, la tierra temblaba, pero juntos lucharon, su valor no flaqueaba. Después de horas de arduo trabajo y fe, terminaron el muro que les prometía ser.
Un último rugido hizo eco en el aire, el muro firme detuvo el magma, todo un gran baile. Los gigantes abrazaron a los niños, agradecidos y fuertes; su valentía brillaba como tibias luces en las sombras.
Con el volcán a salvo, era hora de volver, a su hogar en el patio, donde todo podría renacer. Con un giro y un salto, activaron su nave, prometiendo una nueva aventura, su amistad nunca se acabe.
Los amigos regresaron a su patio feliz, recordando su viaje a un lugar tan grandioso. Con corazones llenos de emoción y su historia brillante, supieron que la amistad puede hacer magia en un instante.