28th Oct 2024
Había una vez un pequeño ratón de campo llamado Ramón. Ramón era muy ingenioso y siempre tenía nuevas ideas. Un día, decidió que quería construir una casa para su familia. Buscó en el bosque y encontró muchas cosas que podía usar: ramas, hojas y piedras. ¡Estaba tan emocionado por su proyecto!
Ramón trabajó muy duro, recogiendo ramas largas y fuertes. Las colocó en forma de paredes. Luego, usó hojas verdes para hacer el techo. Era un lugar fresco y acogedor. Mientras trabajaba, otros animales del bosque lo miraban con curiosidad. Se preguntaban qué estaba haciendo el pequeño ratón.
Cuando Ramón terminó las paredes y el techo, miró su casa con orgullo. Pero, ¿y la puerta? Necesitaba una forma de entrar y salir. Así que decidió usar una piedra pequeña como puerta. La empujó y pudo entrar en su nueva casa. Estaba muy feliz y su familia también.
Un día, una lluvia fuerte empezó a caer. Todos los animales se refugiaron, pero Ramón no se preocupó. Su casa era fuerte y resistente. Se sentó dentro con su familia, escuchando la lluvia caer sobre el techo de hojas. Era un momento especial lleno de amor y risas.
Finalmente, la lluvia paró y el sol salió de nuevo. Ramón salió a jugar y mostrar su casa a todos sus amigos. Todos estaban muy impresionados. Poco después, decidió invitar a todos a una fiesta. Era una celebración de unidad y amistad, gracias al ingenio del pequeño ratón constructor.