28th Oct 2024
Era una soleada mañana, y un niño llamado Mateo decidió salir a explorar. Se encontró con una puerta antigua en la parte trasera de su jardín. La puerta estaba cubierta de hiedra y brillaba con un resplandor mágico. Mateo sintió curiosidad y la abrió con cuidado.
Al cruzar la puerta, Mateo se sintió sorprendido. Estaba en un jardín mágico lleno de flores de todos los colores. Las flores eran enormes y altas, y sus pétalos brillaban bajo el sol. Mateo escuchó un susurro, "¡Hola, Mateo!"
Mateo miró a su alrededor y vio que las flores estaban hablando. Una flor roja con pétalos suaves le dijo: "Soy Rosita. ¡Bienvenido a nuestro jardín! Aquí, todas las flores pueden hablar y tenemos mucho que enseñarte!"
Mateo estaba emocionado. Se acercó a Rosita y le preguntó: "¿Cómo pueden hablar las flores?" Rosita sonrió y explicó: "Nos comunicamos a través del amor y el cuidado que nos da la naturaleza. Sin ello, no podríamos vivir."
Mateo decidió aprender más sobre el jardín. Junto a Rosita, conoció a Lila, una flor azul que también podía hablar. Lila le mostró cómo regar las flores y cuidarlas para que crecieran fuertes y felices.
Mientras Mateo ayudaba a regar, las flores cantaban canciones alegres. "Cuidar la naturaleza es importante, ¡ayúdanos a florecer!", cantaban. Mateo se sintió feliz de ayudar a sus nuevos amigos.
Luego, Mateo vio una flor marchita en una esquina del jardín. Se llamaba Marchita y parecía triste. "¿Qué pasa?" preguntó Mateo. Marchita respondió: "Nadie cuida de mí. Necesito amor y agua para volver a florecer."
Mateo decidió que ayudaría a Marchita. Le dio agua y le habló con cariño. Con cada palabra amable, Marchita comenzó a levantarse. Pronto, floreció hermosa y feliz como las demás flores.
Al final del día, Mateo se despidió de Rosita, Lila y Marchita. Prometió regresar y cuidar de ellas siempre. Al cruzar la puerta de regreso a su hogar, sintió una nueva alegría en su corazón.
Desde ese día, Mateo no solo cuidó su propio jardín, sino que también compartió lo que había aprendido. Todos en su vecindario se unieron para proteger la naturaleza y hacerla brillar. ¡La aventura en el jardín mágico siempre viviría en su corazón!