28th Oct 2024
Érase una vez un pequeño ratón llamado Tito. Tito era curioso y soñador. Un día escuchó sobre el queso dorado que se encontraba al final del bosque. Este queso era muy especial, y Tito decidió que debía encontrarlo. Con una mochila en su espalda y su valentía en el corazón, comenzó su aventura.
Mientras caminaba por el bosque, Tito conoció a una ardilla llamada Lila. Lila era rápida y divertida, y le ofreció su ayuda. Juntos, cruzaron un río saltando de piedra en piedra. Tito nunca había hecho algo así antes y se sintió emocionado. Lila le dijo que juntos podían encontrar el queso dorado.
Continuaron su camino y encontraron un viejo roble. Allí conocieron a un búho llamado Don Sabio. Él les contó que para encontrar el queso dorado, debían seguir las estrellas brillantes. Tito miró al cielo y vio que las estrellas eran hermosas. Con la sabiduría de Don Sabio, Tito y Lila aprendieron a trabajar en equipo.
Al caer la noche, Tito, Lila y Don Sabio llegaron a una colina alta. Desde allí, pudieron ver el brillo del queso dorado en la distancia. Se sintieron muy felices y listos para escalar. Al llegar a la cima, comprendieron que el verdadero tesoro no era solo el queso, sino la amistad que habían hecho durante el viaje.
Finalmente, cuando llegaron a la cueva del queso dorado, encontraron una gran sorpresa. El queso estaba rodeado de otros animales que también habían buscado su valor. Tito se dio cuenta de que la compañía y la aventura eran más importantes que cualquier queso. Celebraron con un festín y prometieron seguir siendo amigos.