26th Jun 2025
Simón era un niño curioso que vivía en un pueblo donde ¡nunca llovía! Un día, mientras jugaba en el desván de su abuela, encontró un paraguas viejo, con rayas de todos los colores. —¿Esto qué hace aquí si nunca llueve? —se preguntó. La abuela le sonrió y dijo: —Es un paraguas mágico. Solo funciona con imaginación.
Simón lo abrió y en ese instante ¡empezó a llover! Pero no era agua común; llovían pompas de jabón, confeti y pequeños arcoíris que bailaban en el aire. —¡Guauuu! —gritó Simón, riendo mientras corría bajo la lluvia de colores. De repente, el paraguas se elevó y comenzó a volar. Simón, aún agarrado del mango, flotó por encima del pueblo, saludando a los perros, gatos y vecinos sorprendidos.