28th Oct 2024
Una mañana soleada, un lobo llamado Lucho despertó con mucha energía. Él vivía en el bosque cerca de un pueblo donde los granjeros trabajaban duro. Lucho siempre escuchaba a los granjeros hablar sobre la cosecha y se preguntaba cómo podría ayudar. Un día, decidió salir de su cueva y ofrecer su ayuda a los granjeros, aunque todos estaban un poco asustados de él.
Lucho fue a la granja de Don Pedro. Al principio, Don Pedro se asustó al ver a un lobo enorme. Pero cuando Lucho explicó que solo quería ayudar, Don Pedro decidió darle una oportunidad. Lucho mostró su fuerza y empezó a recoger hortalizas. Con sus patas fuertes, levantaba las calabazas y las ponía en la carretilla.
Los demás granjeros miraban con sorpresa y un poco de miedo. Nunca habían visto a un lobo ayudar en la cosecha. Pero con el paso del tiempo, Lucho se ganó la confianza de todos. La granja comenzó a trabajar más rápido y todos estaban felices de tener un ayudante tan fuerte. Lucho aprendió que trabajar en equipo hacía todo más fácil y divertido.
Un día, mientras trabajaban, se desató una tormenta. Los granjeros estaban preocupados porque no podrían recoger toda la cosecha. Pero Lucho tuvo una idea brillante. Usó su fuerza para ayudar a los granjeros a juntar todo antes de que la tormenta llegara. Juntos, lograron proteger las hortalizas y todos quedaron impresionados por el trabajo en equipo.
Al final del día, los granjeros organizaron una fiesta para agradecer a Lucho. Todos disfrutaron de buenas comidas y risas. Lucho se sintió muy feliz. Había demostrado que incluso un lobo puede ser un buen amigo y ayudar a quienes lo rodean. Desde ese día, Lucho no solo era un lobo, sino un miembro valioso de la comunidad.