Adrian Cole

7th Oct 2024

El Jardín Secreto de Javier

En una nueva casa, Javier se siente un poco triste. Su familia se mudó y todo es diferente. Una noche, mientras miraba por la ventana, notó algo brillante. Era un jardín que brillaba con luces de colores. Sentía una emoción en su corazón, estaba listo para aventurarse.

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Javier decidió salir y explorar el jardín secreto. Las flores danzaban con la brisa nocturna, susurrando secretos a quien quisiera escuchar. "¡Ven, ven!", susurraban dulcemente. Él se acercó, y cuando tocó una flor, un suave brillo lo envolvió. Se sintió especial, como en un sueño.

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Los árboles del jardín eran viejos y sabios. Uno de ellos habló: "Yo soy el guardián de este lugar. Hay un tesoro escondido, pero debes ser valiente y resolver acertijos para encontrarlo". Javier respiró hondo, sintiéndose intrigado. ¿Qué misterio lo esperaba?

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El primer acertijo apareció en el tronco del árbol: "Dame tu respuesta y yo te mostraré, ¿Qué sube y baja pero nunca puede caminar?" Javier pensó, y respondió: "¡Las escaleras!". El árbol sonrió y una senda iluminada apareció ante él. Así, siguió su camino.

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A medida que avanzaba, encontró un arroyo que murmullaba. En sus aguas claras vivía un pez dorado que decía: "Si quieres continuar, ayuda a un amigo a cruzar este río y te daré un regalo". Javier miró alrededor, encontró una tortuga atrapada en unas ramas y rápidamente la liberó.

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El pez dorado, agradecido, le otorgó una llave brillante. Él sonrió, sabiendo que le sería útil más adelante. Mientras continuaba, escuchó un canto suave que venía de un grupo de estrellas que danzaban en el cielo. Ellas también tenían un acertijo: "¿Cuál es el lugar donde todo comienza pero nunca termina?" Javier se dio cuenta: "¡El tiempo!".

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Continuó con la llave en su mano y vio un viejo cofre cubierto de enredaderas. Al acercarse, supo que estaba cerca del tesoro. El cofre tenía una cerradura con forma de estrella. Usó la llave que había encontrado, y con un 'clic', el cofre se abrió lentamente.

Al abrir el cofre, Javier encontró joyas brillantes y antiguos libros llenos de historias del jardín. Él sonrió feliz, los secretos y tesoros eran más que tangibles; eran recuerdos, aventuras y magia. No solo lo había encontrado, sino que también había vivido su propia historia.

Al amanecer, el jardín empezó a desvanecerse, pero la magia de la noche quedó con Javier. Prometió cuidar el secreto y volver siempre que pudiera. Después de todo, el jardín le había enseñado que incluso en un nuevo lugar, siempre hay alegrías y aventuras esperando.

Javier regresó a su casa, con el corazón lleno de emoción. Su nueva vida sería diferente, pero él sabía que tendría su jardín secreto y todos sus misterios para compartir.