28th Oct 2024
Marisol era una niña curiosa y llena de vida. Cada noche, cuando se acostaba, su mente viajaba a lugares mágicos. En sus sueños, siempre había aventuras que la esperaban. Un día se encontró con una estrella brillante que hablaba con ella. La estrella le dijo: '¡Vamos a explorar el cielo!'.
Marisol voló con la estrella, viendo nubes de algodón y arcoíris. Todo era tan hermoso. Más adelante, se encontraron con un dragón amistoso. El dragón era verde con escamas brillantes que resplandecían. '¿Quieres cabalgar en mi espalda?', preguntó el dragón.
Montar en el dragón fue emocionante. Volaron alto y vieron un castillo de cristal en el horizonte. Marisol estaba muy emocionada. '¡Quiero ir a ese castillo!', gritó. El dragón sonrió y ajustó su rumbo hacia el castillo mágico.
Al llegar, Marisol vio que el castillo estaba lleno de criaturas. Había hadas que danzaban y unicornios que relinchaban. Las hadas llevaban vestidos brillantes y tenían alas resplandecientes. '¡Bienvenida, Marisol!', dijeron las criaturas entusiasmadas.
Dentro del castillo, había un gran banquete. Había cupcakes de colores y jugo de frutas. Marisol probó un cupcake de fresa y su sabor era delicioso. Bailó con las hadas y se rió con los unicornios. Todo era alegría y magia.
Después de la fiesta, una tortuga mágica se acercó a Marisol. 'Te quiero mostrar un lugar especial', dijo la tortuga. Marisol la siguió y llegaron a un lago de agua cristalina. En el lago, los peces nadaban y hacían burbujas risueñas.
Marisol saltó al lago y sintió que era una niña sirena por un momento. Nadó con los peces y jugó con ellos. La tortuga la miraba y sonreía. 'Recuerda, Marisol, puedes volver a este lugar siempre que sueñes'.
Marisol se despidió de todos sus amigos mágicos. La estrella la guió de regreso a su hogar en el cielo. 'Tendrás más sueños maravillosos, Marisol', le dijo la estrella mientras gleba de luz.
Cuando Marisol despertó, estaba en su cama. Recordó todas sus aventuras y sonrió. Sabía que cada noche, al cerrar los ojos, sus sueños la llevarían a lugares mágicos otra vez. '¡Hasta la próxima, amigos!', susurró feliz.
Y así, cada noche, Marisol exploraba sus sueños, descubriendo nuevos amigos y aventuras mágicas que la hacían sonreír incluso cuando estaba despierta.