28th Oct 2024
Había una vez una vaca llamada Lola. Lola era diferente a las demás vacas. Le encantaba mirar el paisaje y soñaba con ser artista. Un día, encontró una caja de pinturas en el granero.
Lola miró las pinturas y tuvo una gran idea. ¡Voy a organizar una exposición de arte en la granja! Se emocionó mucho y decidió invitar a todos los animales.
Primero, Lola comenzó a pintar un hermoso paisaje. Usó los colores más brillantes: el cielo azul, el verde de los árboles y el amarillo del sol. Cada trazo la hacía muy feliz.
Cuando terminó su primer cuadro, Lola se sintió muy orgullosa. Llamó a sus amigos: la gallina, el pato y el caballo, para que vinieran a ver su arte.
Los animales llegaron y quedaron asombrados. ¡Qué hermosa pintura! Dijo la gallina. "¡Eres una artista talentosa!" añadió el pato. Lola sonrió con alegría.
Con tanta emoción, Lola decidió seguir creando. Pintó flores, mariposas y sugranero. Todos los animales eran sus modelos y posaban felices.
Finalmente, el día de la exposición llegó. Los animales estaban muy curiosos. Se decoró el granero con globos y luces. Lola estaba nerviosa pero emocionada.
Cuando los animales llegaron, Lola presentó sus pinturas. Los colores brillaban y todos applaudiaron. "¡Qué gran artista eres!" dijeron maravillados.
Desde ese día, Lola siguió pintando y sus amigos siempre la apoyaron. Aprendieron que cada uno tiene un talento especial y que hay que dejarlo brillar.
Lola vivió feliz en la granja, pintando y organizando más exposiciones. Aprendió que la creatividad es un regalo y hay que compartirla.