16th Jun 2025
Era de noche, y Clara no quería dormir. "¡No, no!" decía mientras miraba por la ventana de su casita en el bosque. "Yo quiero jugar con mis amigos!" Su mamá, siempre alerta, le sonrió y dijo: "Pero Clara, los animales nocturnos pueden ser peligrosos. Quédante en casa y sueña con tus aventuras para mañana." Sin embargo, Clara no escuchó y, con un saltito, salió sigilosamente por la puerta del patio hacia la luna brillante.
En el bosque, su amigo el conejo, Toby, la estaba esperando. "Clara, ¡qué bien que viniste!" saltó emocionado. Clara siguió a Toby por un camino de hojas brillantes y ramas chasqueantes. Juntos jugaron con luciérnagas, pero de repente, Clara oyó un rugido lejano. "¿Qué fue eso?" preguntó, asustada. Toby, nervioso, dijo: "Es un animal grande. Debemos volver antes de que nos vea!" Clara comprendió que el bosque también tenía sus secretos y la preocupada voz de su mamá resonó en su mente.
Mamá siempre estaba alerta y ahora Clara entendería por qué.
Con un poco de valentía, Clara tomó la mano de Toby y juntos decidieron encontrar un escondite seguro. Corrieron hasta un árbol hueco que conocían bien y se acurrucaron dentro. Allí, desde la pequeña abertura, pudieron ver al imponente búho pasar volando, su sombra recortándose contra la luz de la luna. Clara sintió un escalofrío, pero también una emoción nueva. "Creo que es hora de volver a casa", susurró, y Toby asintió con sus orejas temblando.
Con cuidado, los dos amigos regresaron por el camino de hojas hasta llegar a la casita de Clara. Al abrir la puerta, su mamá estaba allí, con una mirada comprensiva y una taza de chocolate caliente en la mano. "Ahora entiendes por qué necesitas descansar por la noche", dijo amorosamente. Clara sonrió y, abrazando a su mamá, prometió escucharla la próxima vez. Y, mientras bebía su chocolate, Clara supo que el bosque estaría allí, lleno de misterios, para sus aventuras de día.