28th Oct 2024
Era una noche estrellada y tranquila. Un grupo de amigos se reunió alrededor de una fogata brillante. Las llamas danzaban y el calor los envolvía como un abrazo cálido. Todos estaban emocionados por contar historias y compartir risas.
Marcos, el más valiente del grupo, comenzó la ronda de historias. "Yo una vez enfrenté un oso en el bosque", dijo con una sonrisa traviesa. Los amigos se rieron, preguntándose si era verdad. La fogata chisporroteó mientras las historias se contaban.
Alicia, con sus ojos brillantes, compartió su historia. "Una vez ayudé a un pájaro herido", contó. "Lo cuidé hasta que pudo volar de nuevo!" Todos aplaudieron, admirando su bondad. Era valiente cuidar de un animalito.
Luis, que siempre hacía reír a todos, añadió su propia aventura. "Me perdí en el parque, pero encontré un camino a casa gracias a un perro que me guió!" Risas llenaron la noche, mientras la fogata iluminaba sus rostros felices.
Sofía, con su risa contagiosa, compartió su historia emocionante. "Una vez, buceé en el mar y vi un pez arcoíris! Fue tan hermoso y juguetón", dijo. Todos soñaron con el mar mientras miraban las llamas bailar.
Mientras compartían historias, la fogata se hizo más pequeña, pero la amistad se hizo más grande. Cada uno aprendía de los demás, llenando la noche con alegría y recuerdos. La amistad brillaba más que el fuego.
A medida que cada amigo contaba su historia, el aire se llenó de valor. Sabían que, sin importar los retos, siempre estarían juntos. Eran un equipo valiente y unido, como los héroes de sus relatos.
La luna brillaba como un testigo, escuchando sus historias con atención. Los amigos prometieron seguir compartiendo sus aventuras y apoyarse mutuamente siempre. Su fogata no solo iluminaba sus rostros, sino también sus corazones.
Con cada historia concluida, los amigos se abrazaron, sonriendo bajo el cielo estrellado. La fogata, aunque pequeña, seguía caldeando el ambiente y manteniendo viva su conexión.
Al final, todos rieron y se sintieron valientes. La fogata se apagó, pero su amistad perduraría. Cada uno cerró los ojos, soñando con nuevas historias por contar, bajo el mismo cielo brillante.